Si hay algo que odio, son los estereotipos, sobre todo los que me afectan a mi.
Odio realmente mi generación, por que parece que si no eres un cani o una choni no eres de los buenos. Es asqueroso el hecho de que te comparen con gente de un nivel cultural tan bajo, y da pena el pensar que esos son tus semejantes, semejantes que son reconocidos por su adicción al alcohol y por sus "planes" tan elaborados llamados botellón.
Me da vergüenza ajena cuando en las noticias hablan de jóvenes de 15 o 16 que solo beben los fines de semana, que ensucian nuestra generación y que me hacen agachar la cabeza.
Con esto no niego que yo halla participado en alguno de susodichos "planes", lo reconozco, pero nunca estoy mucho tiempo ni soy muy habitual.
Esto da que pensar, solo al 36% de jóvenes que no lo hacemos, que estamos perdiendo todo, que necesitamos (Aunque sea mejor dicho "Necesitan") emborracharse para divertirse, que realmente nos importan una mierda el resto de la gente, que solo queremos beber y si ya de paso nos enrollamos con la primera que pase borracha perdida, mejor que mejor.
Si te encuentras dentro de ese entorno te apenas al pensar que esos, son tus amigos, que tienes que quedarte completamente aislado para poder evitar el contacto con idiotas ebrios y sus apestosos entornos.
Es muy triste que gente, que pese a tener edad, sea tan imbécil de globalizar y meterte en el mismo carro, catalogandote de gamberro, inculto y borracho.
Me alegra el pensar que parte de mis amigos opinan lo mismo que yo, que se que con ellos puedo irme a cualquier otro lado y olvidarme de esa parafernalia.
Es que, ya no hay hueco para los soñadores y los luchadores, ahora es mejor que te lo den hecho y que por zumbarte a cualquiera consigas esa ansiada "fama"...
Siempre lo he pensado, quiero ser director de cine, pero no quiero fama, quiero ser bueno, que la gente que le interese me conozca, quiero currarme el ascenso, quiero cambiar mi estrella y ser lo que siempre he querido ser...