Hoy me he echado una pequeña siesta, para ver si me ordenaba un poco la cabeza, pero cuando me he despertado ya no habia nadie, estaba solo. En silencio, tranquilo, en paz, hasta que ha sonado un telefono, el mio. He mirado quien era y fuera de todo pronostico, era ella.
Al cogerlo, un susurro, leve, como si viniera guiada por una corriente de aire. "Te necesito", me necesita... Me he puesto mi chaqueta y he salido corriendo por la puerta, no se merece menos, ¡Ella me necesita! Soy más feliz que Charlie al conseguir el billete dorado.
Cuando he llegado a su puerta, estaba ahí, esperando.
Se ha acercado tristemente hacia mi, como si algo fuera mal, se ha apoyado en mi y me ha dicho que me amaba, que me queria, que le gustaria tenerme a mi lado. Ilusionado he aceptado, sin dudarlo, la chica de mis sueños quiere estar conmigo ¿Que más puedo pedir?
Se ha acercado a besarme, pero por milimetros nuestro labios no se han tocado, solo se dio la vuelta y echo a llorar. Nada la iba bien, nada podia hacerla feliz, solo queria correr, huir de aquí.
La verdad, no sabia muy bien que decir, pero si ella queria huir, yo no se lo iba a negar.
Me he arrimado a su oreja y le he susurrado: "Pues corre tan rapido como puedas y no mires atrás, busca tu felicidad y dejanos aquí. Solo cuando tu seas feliz, yo seré feliz... Corre."
Y no lo dudo, se fué...
De pronto me volvi a encontrar solo, sentado en un escalón, pensando en lo que habia hecho.
Salí a dar una vuelta y encontré a uno de mis amigos, empecé a contarle todo, empecé ha disparar las palabras sin pensar en mi alrededor, solo hablaba, narraba mi historia, tan ilusoria, tan imaginaria... Que no me dí cuenta de que llevaba horas hablando con un banco vacio, que estaba contado mi amor a nadie, que seguia estando solo, que ahora no podia haber nadia cerca mia, que tenia que contar tantas cosas que ni me dí cuenta de que siempre habia estado solo.
Miré a un lado y a otro...
...Y me desperté.
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